La Academia cayó por 1 a 0 como local y se despidió del certamen internacional en la fase grupos.
En el primer tiempo disputado en Avellaneda, el que manejó los hilos e impuso las condiciones del partido fue Racing. Con juego asociado, transiciones rápidas y explosión por las bandas, el local intentó lastimar al arco de su contrincante pero se fue al descanso en empate sin goles. Por su parte, River (U) no inquietó en casi ningún momento al arco de Matías Tagliamonte.
A los 14 minutos, llegó la primera jugada de gol para Javier Correa, que de zuda definió desviado en un mano a mano. Minutos después, a los 27 y 28, tuvo un cabezazo que se fue desviado del palo del arquero uruguayo y luego, Carlos Alcaraz no pudo rematar de buena tras un gran pase filtrado de Edwin Cardona en diagonal. Encima, Jonatan Gómez pudo definir pero le pegó mordido y no lastimó con claridad a los palos defendidos por el arquero charrúa Fabrizio Correa.
Pese a todas estas jugadas y que la Academia merecía estar por encima del marcador, la más clara llegó sobre el final de esta etapa, con un gran pase entre líneas de Alcaraz que dejó mano a mano al cordobés Correa y este definió desviado. Además, el ex Godoy Cruz lo tuvo en un anticipo tras un centro de Facundo Mura, pero la agarró de sobrepique y la pelota se fue afuera.

Racing y un segundo tiempo para el olvido
En el segundo tiempo, el trámite fue bastante similar pero lamentablemente el final fue el peor. Con la Academia dispuesto a ganarlo, el equipo rival sabía que podía jugar de contragolpe y el entrenador realizó modificaciones que generaron peligro. Así las cosas, a los 54 minutos Tagliamonte evitó el gol de Matías Ocampos y tan solo cuatro minutos después, el guardameta académico salvaría nuevamente su arco tras un flojo disparo del delantero Thiago Borbas.
Con los uruguayos replegados atrás, la Academia abrió la cancha pero por desgracia, no hubo caso. Tras un centro de Eugenio Mena por izquierda, el que no pudo conectar fue el volante Alcaraz, pero lo peor estaba por venir. En una jugada aislada y una falta inventada por Gonzalo Castro encontró un tiro libre y luego llegó un córner que cambiaría todo.
Un centro no tan largo, la peinó Santiago Brunelli y el capitán Horacio Salaberry definió de aire para poner el 1 a 0 y generar el nerviosismo general. En un principio, esto parecía aquietarse porque llegaría el empate de Cuiabá en cancha de Melgar, pero sin dudas que la Academia tenía que ir por el gol, para no depender del resultado que se daría en Perú.
Fernando Gago movió el banco de suplentes pero el rival continuó con una barricada en el fondo hasta el final. Los intentos fueron similares y lamentablemente, fallidos. De yapa, el conjunto peruano conseguiría el gol de la victoria y luego ampliaba el marcador. Racing intentó hasta último momento, pero la suerte no estuvo de su lado y se quedó afuera.
Un partido en el que la Academia fue más que su rival, pero pagó caro la ineficacia. Da bronca por todo lo hecho hasta acá y porque se dependía de sí mismo. Ahora, habrá que cambiar la página y pensar en lo que viene, porque no hay tiempo para lamentos. Tristeza, desazón y bronca, ahora a mirar para adelante hay que reinventarse una vez más.